lunes, 15 de septiembre de 2014

AMANSANDO LAS OLAS

Ya no soy la dueña de mi vida.
Por las noches sólo puedo danzar al son de los destellos de una luna blanca y por el día el domador me cautiva con su ineludible melodía.
Sujeta, sonido tras sonido, me engatusa para que sumisa siga sus pasos y me desata dejando su estela como único camino posible.
Ya no puedo sentirme ola libre, como aquellas que aquel día presumían de su vigoroso temple.
Ahora sólo hay un compás posible, el dictado por el....   DESTINO



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